Banquetas invadidas, leyes ignoradas: la ciclovía en Avenida Las Torres como espejo de una ciudad que se resiste al cambio
- Andrea Ortiz Montes de Oca

- 5 ago
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Desde hace años, comerciantes y vecinos de Avenida Las Torres han ocupado las banquetas como si fueran extensiones de sus negocios. Exhibidores, lonas, mercancía, incluso estructuras fijas, han convertido el espacio público en un corredor de obstáculos. Lo que muchos olvidan —o prefieren ignorar— es que la propiedad privada termina justo donde inicia la banqueta. Ese espacio pertenece a todas las personas que habitan y transitan la ciudad.
La reciente controversia por la implementación de una ciclovía en esta avenida ha destapado no solo la resistencia al cambio, sino también el incumplimiento sistemático de leyes que ya están vigentes. Las banquetas e infraestructura ciclista no es una ocurrencia ni un capricho del ayuntamiento: es una obligación legal.
Lo que dice la ley
La Ley General de Movilidad y Seguridad Vial, la Ley Estatal de Movilidad y Seguridad Vial (Ley Manu) y la Norma Oficial Mexicana NOM-004-SEDATU-2023, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 12 de abril de 2024 y vigente desde el 11 de junio del mismo año, establecen con claridad que las calles deben diseñarse priorizando a los usuarios más vulnerables: peatones, ciclistas, personas con discapacidad, infancias y adultos mayores.
La NOM-004 indica que las ciclovías deben ubicarse del lado derecho de la vía, con un ancho mínimo de 2.5 metros para permitir el flujo seguro de bicicletas en ambos sentidos. Además, exige que las banquetas sean continuas, accesibles y libres de obstáculos, lo que implica que cualquier ocupación indebida por parte de locatarios debe ser retirada.

¿Es ilegal obstruir banquetas en México?
La obstrucción de banquetas está prohibida por diversas normativas, ya que se consideran parte del espacio público y están destinadas exclusivamente al tránsito peatonal.
Código Civil Federal – Artículos 762 a 764
“Las banquetas forman parte del dominio público, es decir, no son de propiedad privada. Las autoridades municipales tienen la responsabilidad de gestionarlas para asegurar su buen estado y funcionalidad. Cualquier intervención sin permiso puede estar sujeta a sanciones.”
Esto implica que colocar objetos, estructuras o mercancía sin autorización en banquetas viola el uso legal del espacio público.
Una muerte que exige memoria y acción
El 9 de agosto de 2024, Don Juan Cortez, ciclista habitual de la zona, fue atropellado en Avenida Las Torres. Su muerte no fue un accidente: fue consecuencia de una infraestructura que no protege a quienes se mueven en bici. En respuesta, colectivos ciclistas colocaron una bici blanca en el lugar del siniestro y solicitaron formalmente al ayuntamiento la instalación de una ciclovía. No pedían privilegios, pedían justicia.
¿Y la economía local?
La oposición de algunos comerciantes se basa en el temor de que sus ventas disminuyan. Sin embargo, estudios internacionales y nacionales demuestran lo contrario: la infraestructura peatonal y ciclista revitaliza la economía local. Según el Manual Ciclociudades del ITDP México, las zonas con accesos seguros para peatones y ciclistas atraen más visitantes, aumentan el tiempo de permanencia y favorecen el consumo en negocios locales. Además, Celering señala que estas intervenciones urbanas generan entornos más habitables, saludables y económicamente activos.
¿Qué ciudad queremos?
La ciclovía en Avenida Las Torres no es solo una obra pública: es una declaración de principios. ¿Queremos una ciudad que proteja la vida, que respete la ley, que reconozca el espacio público como un bien común? ¿O seguiremos tolerando que el miedo y la desinformación dicten el rumbo de nuestras calles?
La planeación urbana no puede seguir subordinada a intereses particulares. La ley ya cambió. La ciudad también debe hacerlo.








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